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Channel: Memoria Perdida, el blog de Anna Genovés – Blogs de Culturamas
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Se acaba

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Se  acaba


Manos agrietadas asidas auna jarra de alcohol. Pitillo humeante en cenicero de porcelana. Gafas rotas en el suelo de la casa.

Mente que expía, adormecida, embotada. Corazón ausente; butaca de cine vacía: panorámica.

Manos blandas, mirada fría, muerte.

Yelmo en los ojos, coraza en la espalda. El aliento tirita a la par que su mirada.

Mañana clara, tarde lánguida, noche oscura: la vida se acaba.


©Anna Genovés
29/08/2016


Kaleo - Way Down We Go




Coronas sin agua

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…“Él era sociable, un «jefe nato». Ella no y renunció a intentar serlo. Y así, por caminos bordeados de tiernas miradas y con una fidelidad íntegra y total, comenzaron a discurrir sus sendas separadas, la de él, una senda pública, una marcha de satisfactorias conquistas; la de ella, una senda apartada y solitaria, que eventualmente recorrería los pasillos de hospital. Pero no carecía de esperanzas. La fe en Dios le daba fuerzas y, de vez en cuando, acontecimientos terrenos complementaban su fe en su infinita misericordia: leía acerca de un milagroso medicamento, oía hablar de una nueva terapéutica o, como acababa de ocurrir, decidía creer que todo se debía a un «nervio atenazado».

—Los objetos pequeñitos le pertenecen a uno del todo —dijo cerrando el abanico—. No hay que dejarlos: siempre se pueden llevar; caben en una caja de zapatos.
—¿Llevarlos adonde?
—Pues adondequiera que vayas. Puede que un día tengas que pasar mucho tiempo fuera de tu casa.

Algunos años atrás, la señora Clutter tuvo que ir a Wichita para un tratamiento de dos semanas y pasó allí dos meses. Por consejo de un médico que creyó que aquella experiencia la ayudaría a recuperar «la sensación de bastarse a sí misma y de ser útil», tomó un piso y buscó trabajo. La admitieron en la YWCA1 en la sección de ficheros. Su esposo, completamente de acuerdo, la animó en la aventura; pero a ella le gustó mucho, tanto que le pareció poco cristiano y el sentimiento de culpabilidad que despertó en ella fue mayor que el valor terapéutico del experimento.

—O quizá no regreses jamás a tu casa. Y... siempre es importante tener algo propio consigo. Estas cosas nos pertenecen, sin discusión.

Llamaron al timbre. Era la madre de Jolene. La señora Clutter le dijo:

—Adiós, hija —y apretó el abanico de papel en la mano de Jolene—. Sólo vale unos centavos... pero es bonito.

Después, la señora Clutter quedó sola en la casa. Kenyon y Herb estaban en Garden City. Gerald van Vleet había terminado su trabajo. La bendita señora Helm, la asistenta doméstica a la que podía confiarle todo, no iba los sábados. Podía volverse a la cama, a aquella cama que tan raramente abandonaba, hasta el punto que la pobre señora Helm tenía que librar una batalla para cambiar las sábanas dos veces por semana.
En el piso superior había cuatro dormitorios; el suyo estaba al extremo de un espacioso vestíbulo en el que no había más que una cuna, comprada para las visitas de su nieto. Si se traían literas y el vestíbulo se empleaba como dormitorio, la señora Clutter calculaba que la casa podía albergar a veinte invitados durante la festividad de la Acción de Gracias; los demás tendrían que acomodarse en el motel o en casa de algún vecino.
Era tradición, cada año repetida, que el Día de Acción de Gracias los Clutter se reunieran en pleno en casa de uno de sus miembros, y como aquel año le tocaba a Herb hacer de anfitrión, no había más remedio que tenerlo todo dispuesto. Pero como esto coincidía con los preparativos de la boda de Beverly, la señora Clutter no estaba segura de lograr sobrevivir a ambos proyectos. Los dos exigían tomar muchas decisiones, algo que ella detestaba y que la vida le había enseñado a temer, porque cuando su marido salía de viaje, todos pretendían que ella tomara decisiones de emergencia sobre cosas de la finca que no podían esperar y eso le resultaba intolerable, una auténtica tortura. ¿Y si se equivocaba? ¿Y si hacía algo que luego le parecía mal a Herb? Lo mejor era encerrarse con llave en su cuarto y pretender no oír nada o sencillamente decir:

—No puedo. No sé. Por favor.

La habitación que tan raramente abandonaba era austera; si la cama estaba hecha, un extraño hubiera imaginado que no la ocupaba nadie. Una cama de roble, un escritorio de nogal, una mesita de noche. Nada más, salvo lámparas, la cortina de una ventana y una imagen de Jesús caminando sobre las aguas. Era como si, manteniendo aquella habitación impersonal, no teniendo en ella sus objetos íntimos sino dejándolos en la del esposo, atenuase la culpa de no compartir sus dominios. El único cajón que usaba del escritorio contenía un frasco de Vick's Vaporub, un paquete de Kleenex, una esterilla eléctrica, unos cuantos camisones blancos y calcetines de algodón. Para meterse en cama se ponía siempre calcetines porque invariablemente tenía frío. Y por la misma razón, mantenía la ventana siempre cerrada. Dos veranos atrás, un sofocante domingo de agosto por la mañana, estando recluida en su cuarto, había ocurrido un incidente desagradable.
Tenían invitados, un grupo de amigos que se había reunido en la casa para ir luego a coger moras. Entre ellos estaba Wilma Kidwell, la madre de Susan. Como la mayoría de personas que frecuentaban la casa de los Clutter, la señora Kidwell aceptaba sin comentarios la ausencia del ama de casa y daba por supuesto que estaba «indispuesta» o «allá en Wichita». Aquel día, cuando llegó el momento de ir por moras, la señora Kidwell se excusó, mujer de ciudad se cansaba enseguida de andar por el campo. Al cabo de un rato de estar en la casa, oyó un llanto desconsolado y desconsolador.

—¿Bonnie? —llamó, y corrió escaleras arriba cruzando el vestíbulo, hasta llegar a la puerta de la habitación de Bonnie.

Abrió la puerta y la sofocante atmósfera de la habitación fue como una terrible mano que de pronto le tapara la boca. Corrió a abrir la ventana.

—¡No! —gritó Bonnie—. No tengo calor. Tengo frío. Estoy helada. ¡Señor! ¡Señor! ¡Señor! —y agitando los brazos continuó—: Te lo ruego, Señor. No dejes que nadie me vea en este estado.

La señora Kidwell se sentó en la cama. Quería tomar a Bonnie en sus brazos y al final Bonnie dejó que lo hiciera.

—Wilma —le dijo—. Os he estado escuchando, Wilma. A todos vosotros. ¡Cómo os reíais! ¡Cómo os divertíais! Yo me lo pierdo todo. Los años mejores, los niños... todo. Un poco más, y Kenyon habrá crecido, será un hombre. ¿Y cómo me recordará? Como una especie de fantasma, Wilma.

Hoy, en el último día de su vida, la señora Clutter guardó en el armario la bata de cretona que llevaba puesta, se puso uno de sus largos camisones y un par de calcetines blancos limpios. Antes de acostarse, se cambió las gafas normales por las de lectura. A pesar de que estaba suscrita a varias revistas (al Ladies'Home Journal, al McCall's, al Reader's Digest y al Together; Midmonth Magazine for Methodist Families) no tenía ninguna en su mesita de noche. Sólo una Biblia entre cuyas páginas, un marcador de seda rígida y desvaída tenía bordada la inscripción: «Atiende, ora y vigila, porque no sabes cuándo te llegará la hora».”...

Extracto de A sangre fría de Truman Capote.






Coronas sin agua


El tiempo vuela: pájaro alado. Ayer era niña, Hoy es madre.

El tiempo vuela: viento místico. Ayer fue hermosa, hOy es deforme.

El tiempo vuela: pan mojado. Ayer estaba alegre, hoy es tRisteza.

La vida es cruel: espada que guillotina cuerpos. CueRda que ahoga escotes.

La muerte blande su arma; guadaña en el horizOnte, oscuridad que cubre el rostro.

Lluvia de suelos, pavimento de lodo blanco, cuerpos enteRrados: loco.

Gusanos que hablan
huesos que se rompen.
La carne marcha al agujero.

Cruz de mármol
estacas clavadAs
tierra húMeda
cORonas sin agua.
Miedo atenazado.


©Anna Genovés
30/07/2016


Lacrimosa - Ich Verlasse Heut Dein´ Herz (Subtitulos Alemán/Español)


El timo

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El timo

Manuel sale del oftalmólogo de la Seguridad Social pesaroso: necesita gafas progresivas. Tiene miopía y una presbicia avanzada. Se gana la vida dando clases particulares de guitarra y es urgente que las utilice.
De regreso a casa, mira el escaparate de la óptica del barrio y entra a preguntar.
–¿Buenas tardes caballero en qué puedo servirle? –le dice una madurita de buen ver con sonrisa Profidén.
Él mira la plaquita con su nombre de pila y le contesta:
–Pues mire, señorita María, acabo de salir del especialista y me ha dicho que necesito lentes progresivas. Quería dar un vistacito…
La dependienta lee la nota con la graduación y le pregunta:
–¿Cómo le gustan?
–Sencillitas. De las de toda la vida...
–Muy bien. ¿Le parece que comencemos por las de Ralph Lauren? Creo que serían ideales para su fisonomía.
Manuel comienza a sudar, nervioso. Tose varias veces. Se aclara la garganta, y, por fin, le contesta:
–Seguro que serán de muy buena calidad... pero, mejor empecemos por las que hay en el escaparate... rondando los 50€.


María se percata de que el caballero tiene apreturas económicas y se lanza al expositor de las marcas blancas. Con todo, cuando Manuel sale del establecimiento, su cara no es larga, es una mopa abrillantando el suelo. Presupuesto: 600€.
Al llegar a su apartamento mira una a una todas las habitaciones. Abre los armarios, los cajones, mueve los objetos y se sienta. Con un pitillo en la comisura, cavila. Minutos más tarde, parece ‘Chiquito de la calzada’ en plena actuación: va de un lado a otro de la casa a toda prisa.
Sobre la mesa del comedor agrupa distintas piezas: ropa, libros, pequeños electrodomésticos, zapatos y hasta un rosario de su abuela...
A primera hora de la mañana, con una maleta de ruedas, se recorre todas las tiendas de compraventa de la ciudad. Repite la misma operación durante una semana. El dinero que recoge lo guarda en una cajita, y, por las noches, lo cuenta...
 –Quinientos noventa y siete, noventa y ocho, noventa y nueve… y seiscientos. ¡Bien por ti, Manuel! –se anima a sí mismo. ¡Ya tienes las gafas!
Al día siguiente, ha quedado con un amigo que sabe todo sobre su vida; entre otras cosas que vive en el umbral de la pobreza. No se ven muy a menudo porque Juan –su colega— ha prosperado muchísimo, y, a Manuel, se le hace una montaña dejar su mundo de cartón piedra para introducirse en la todopoderosa burguesía.
Después de la comida, cuya minuta abona Juan. Comentan los pormenores de sus vidas. Manuel le cuenta el suceso de los anteojos y el esfuerzo que ha hecho para reunir el dinero…
–Desde luego que le has echado huevos –cometa Juan.
–Cierto. Sin embargo, malvendiendo algunas de mis pertenencias, me he sentido como una verdadera mierda (pausa). Bueno, eso ya no importa.
–Estoy pensando que podríamos ir a mi óptica. Seguro que te hacen un precio especial y te ahorras algo de dinero –insinúa Juan para animar a Manuel.
–Prefiero no molestarte. Como decía mi madre: «El burro no es de donde nace sino de donde pace».
–¡Caray! Tienes refranes para todo. No es ninguna molestia –Juan mira su dietario y agrega—: Tengo una hora libre. Si quieres vamos en un momento. Está cerca.
–Está bien: tú ganas.
La pareja se encamina hacia la óptica charrando del día a día.
En el comercio los recibe una agradable señorona vestida de Chanel. A Manuel no le agradan demasiado las monturas, pero como le hacen un precio especial, calla. Se ahorrará 50€ y lucirá unas Vogue.
Seis meses más tarde, vuelve a la revisión oftalmológica y le dice al doctor:
–Doctor le hice caso y me compré unos lentes progresivos de los buenos.
–Y veo que los lleva a gusto –comenta el doctor.
–Cierto. Estoy muy contento.
–Me alegro. A ver, déjeme las gafas un momento.
Manuel se quita las lentes y se las entrega al especialista, quien las pasa por diversos aparatos tecnológicos. Terminado el recorrido le dice a Manuel:
–¡Que pena que no sean cristales Premium! La diferencia es abismal.
–No serán Premium, pero por lo menos son de gama alta.
El doctor carraspea, incómodo. Junta las manos sobre el escritorio, lo mira con cara de resignación, y le contesta:
–Manuel siento decirle que lleva unos cristales normalitos... De gama intermedia básica.
–¿Qué quiere decir…?
–No puedo mentirle. Como vulgarmente se dice: le han dado gato por liebre  –el oftalmólogo se encoge de hombros.
Manuel sale de la consulta como si Muhammad Ali lo hubiera noqueado en el cuadrilátero.


Coincidencia: Juan le espera en un restaurante para comer. Tras los cafés, Manuel aborda la desagradable incidencia y le dice que pasará a reclamar por la óptica...
–¿Ves bien, Manuel? –le pregunta Juan.
–Sí. Pero estos cristales cuestan 200€ menos de lo que me cobraron. ¡Me han timado! –argumenta Manuel con cara de circunstancia.
–¡A callar que fui tu aval! –increpa Juan ligeramente alterado.
–¿Cómo dices...?
–Esas cosas pasan. Que no se te ocurra volver a mencionar el asunto –Juan se estira el nudo de la corbata, se atusa el cabello engominado, se levanta y sale del local.
A Manuel se le queda cara de gilipollas.

©Anna Genovés
18/08/2016

James Bay- Best Fake Smile

Fanes, haters y seguidores

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Fanes, haters y seguidores

Cuando decidí convertir mi hobby en trabahobby, un virtuamigo que aprecio y respeto como escritor, me dijo:

–El mundo de las letras está lleno de envidias. Para hacerte de escuchar tienes que pensar como una granjera. Todos los días tendrás que dar de comer a los pollitos. Así, los animalitos estarán contentos y picotearán lo que les pongas. ¡Ah! Y recuerda que todos somos granjeros y pollitos dependiendo desde donde nos miremos; si estamos en nuestro espacio seremos granjeros. Si visitamos el de algún conocido, pollitos a la busca de un buen picoteo.
–Me apuesto los dedos de la mano izquierda a que eres fan de George Orwell —le dije.
–¡Me has pillado! Rebelión en la granja es una de mis novelas preferidas –me contestó.

Ahí quedó el asunto... En realidad no tenía muy claro a qué se refería hasta que estuve en el meollo de la cuestión. Pasaré por alto ese pecado capital llamado envidia. Tal como dijo Borges: «El tema de la envidia es muy español. Los españoles siempre están pensando en la envidia. Para decir que algo es bueno dicen: Es envidiable».



La siguiente cuestión: granjeros y pollitos. Es el equivalente a la autopromoción. Para ello el pretendiente ‘a’... deberá pasear asiduamente por aquellos lugares interesantes para su hipotético negocio a la espera de ser correspondido. Mi virtuamigoestaba en lo cierto. Por experiencia puedo deciros que cuando abrí el blog era muy activa en la blogosfera y en las redes; tenía muchas visitas y multitud de comentarios. En la actualidad estoy en una fase más tranquila y mis productos tienen menor salida. Si no estás todos los días de visita..., pues eso: no te visitan. Al final, hasta se olvidan de ti. C’est la vie!

Lo que mi virtuamigo omitió, a propósito o inconscientemente, fue que en el mundo virtual existen por lo menos tres grupos de personas: fanes, haters y seguidores. Las primeras siempre te dirán que todo lo que haces es estupendo, sea bueno o malo. Las segundas, bajo el mismo modus operandi, te dirán lo opuesto. Las terceras, simplemente te seguirán, y, por lo general, serán sinceras. Si lo que muestras es notable te darán el like. Si no has estado fino, te harán una crítica constructiva respetuosa.

La etimología de los grupos mencionados está clara. Para que veáis algunos ejemplos, incluyo las reseñas de una de mis novelas...

Fan: fan (en plural: fanes), simpatizante, aficionado, admirador o fanático. Persona que siente gusto y entusiasmo por algo. El término se utiliza en particular en el deporte y el arte, para referirse a admiradores de una persona, grupo, equipo u obra. Los fanes de algo o alguien constituyen el fandom de la persona o cosa que se admira. A veces demuestran su afición siendo miembros de un club de fanes, creando fanzines y promoviendo lo que les interesa.


Fan… Viniking ha puntuado los cinco libros que tengo publicados con 5 estrellas: entiendo que debe ser un/una fan.

Haters: personas que muestran sistemáticamente actitudes negativas u hostiles ante cualquier asunto. La palabra hateres un sustantivo inglés que se traduce como 'odiador', o 'persona  que odia' o 'que aborrece' algo o a alguien.También se puede traducir como 'envidioso', 'odioso' o 'aborrecedor'.


Hater… Este anónimo con 1 estrella, que encabeza la reseña del libro como 'malísimo' es un hater. No por lo mencionado, sino porque la conclusión que agrega. Falta de ortografía, incluida: «Por cierto comentar que todos los libros gratis que me he bajado de kindlelton son del mismo estilo, ninguno ‘a sido’ ni siquiera mediocre». 

Seguirdor/a: 1) persona que sigue o persigue a otra. 2) Persona que es partidaria de otra y que sigue su desarrollo o evolución.


Seguidor… Creo que las 4 estrellas de este lector/a, por lo que comenta, podría tratarse de un nuevo seguidor.

Los tres grupos, fanes, haters y seguidores, tienen un sinfín de matices: pueden ser ocasionales, habituales, pasivos, activos... y un largo etcétera. Entre seguidor y fan existe una delgada línea que, en ocasiones, se cruza y viene a significar lo mismo; además, tanto seguidores como fanes, por lo general, son guais. Sin embargo, los haters son unos puñeteros envidiosos que viven bajo tierra como los vampiros. Por eso suelen actuar detrás de un anónimo; solo que ellos no desean chuparnos la sangre, quieren chuparnos las ilusiones: ni agua. A los haters, en el caso de la literatura, por ejemplo, les dará igual que una obra esté escrita por Borges, Orwell o un 'sin nombre' como yo. Para ellos todo lo que lean será ‘malísimo’. Seguramente porque son incapaces de escribir una sola línea.

Es curioso que mi deseo de obviar la 'envidia' se haya truncado... Así que, con permiso del maestro, añadiré: «La envidia es algo innato en la condición humana. Nazcas donde nazcas».

P.D. Versión corta publicada en el diario El Cotidiano

©Anna Genovés
03/09/2016

Fuentes
Wikipedia
Diccionario de la RAE
La red

Imágenes
Amazon
La red

Phantogram - When I'm Small (subtitulada)


Reseña de El legado de la rosa negra en el blog mexicano difusiòn

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 Reseña de El legado de la rosa negra en el blog mexicano difusiòn

El otro día, de casualidad, encontré una reseña de la novela El legado de la rosa negra en un blog mexicano llamado difusiòn bajo el título: Lectura para entretener, El legado de la rosa negra.

Ciertamente, me hizo mucha ilusión porque se le ha dado un tratamiento serio que incluye objetividad y algunas citas del libro.

Mis agradecimientos al administrador del mismo Omar Rivera.

                  Enlace de la reseña de El legado de la rosa negra en el blog difusiòn


La novela está disponible en papel y eBook solo en Amazon.

Enlace de Amazon de El legado de la rosa negra




Book trailer El legado de la rosa negra


Tierra mojada

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…“A las tres de la madrugada del 15 de mayo abrí los ojos y comencé a hablar, pero, al poco, el doctor y mi familia se quedaron sorprendidos por las tendencias mostradas por mi forma de expresarme y el lenguaje empleado. Resultaba claro que no recordaba ni mi identidad ni mi pasado, aunque, por algún motivo, intentara ocultar esta falta de conocimiento. Mis ojos contemplaban con extrañeza a las personas que me rodeaban y las flexiones de mis músculos faciales eran del todo inhabituales.

Incluso mi manera de hablar sonaba torpe y extraña. Utilizaba mis órganos vocales grosera y tentativamente, y mi dicción poseía una cierta vacilación, como si hubiese aprendido el inglés en los libros. La pronunciación sonaba en extremo extranjera, mientras que el idioma parecía incluir tanto retazos de curiosos arcaísmos como expresiones de una textura del todo incomprensible.

Esto último, en particular una de aquellas construcciones sintácticas, sería recordada, incluso con espanto, por los médicos más jóvenes veinte años después. Ya que en ese período posterior fue cuando tal frase comenzó a tener una circulación actual -primero en Inglaterra y luego en Estados Unidos- y pese a su complejidad y su indiscutible novedad, reproducía hasta en el menor detalle las enigmáticas palabras del extraño paciente de Arkham de 1908”...

Extracto deEl abismo en el tiempo

H. P. Lovecraft





Tierra mojada

Me gusta el olor a tierra mojada
que resbala por tu cuerpo
tu cabello pegado al rostro
tus pies en el suelo.

La Luna detrás de las nubes
las nubes delante de cielo
asida a tu cintura
asido a mi cuerpo.

No te separes
no te alejes del fuego
tus labios son mi vida
y tu mente mi templo.

La luz está lejos
mis ojos no ven
tus manos se agrietan
tu fe ya no es fe.

La noche se aleja
sucederá lo que tenga que suceder
el Sol se apaga
y la negrura luce del revés.

Estaremos muertos
yo, tú y él.


©Anna Genovés
25/09/2016


Nick Cave - People Ain't No Good (Subtitulos En Español)

Celebramos la autopublicación: promoción especial de Las cicatrices mudas

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Celebramos la autopublicación: promoción especial de Las cicatrices mudas

Las cicatrices mudas ha sido seleccionada para la celebración anual del fenómeno de la autopublicación independiente en Amazon.

Durante todo el mes de octubre podréis descargarla por tan solo 0’99€ leeréis un neo-noir moderno y repleto de acción que no os defraudará.

Publicar con Kindle, ¡mola!

Sinopsis de Las cicatrices mudas

El cadáver de una mujer sin identificar, aparece flotando por el Guadalquivir. El inspector Juan Utrera, encargado del caso, tiene que determinar si se trata de una muerte fortuita o de un asesinato. A medida que descubre datos sobre la fallecida, surgen personajes de un pasado casi olvidado en el que era agente de Asuntos Internos y cooperante del CNI, junto a su compañera Vera Carmona, la Espía. Un thriller neo-noir trepidante, rodeado de acción, intriga y antihéroes que recorren los oscuros pasadizos del hampa y esconde una relación de amor/odio truculenta, donde nada es lo que parece.

Las cicatrices mudas es atrevida, moderna, turbadora y divertida: un chute de adrenalina con una ‘previous’ que muestra a los personajes principales y 68.000 palabras para alegrar la vida a cualquiera; nadie bostezará mientras la lea. Vamos, que entretiene un montón. La trama comienza en Qatar, se planifica en Sevilla, se resuelve entre Río de Janeiro y Shanghái, y se finiquita en España. ¿Qué más se puede pedir? Que tenga una chica peligrosa y un policía atractivo: los tiene.




Enlace PROMOCIÓN Las cicatrices mudas en España


Enlace PROMOCIÓN Las cicatrices mudas en USA


Enlace PROMOCIÓN Las cicatrices mudas en México




Páginas oficiales de la promoción con todos los títulos seleccionados:


P.D. Las cicatrices mudas también está disponible en papel.

Book trailer de Las cicatrices mudas


Lanzamiento editorial del libro de relatos Erótika

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Buenas tardes amigos. Tenía que haceros partícipes de mi nuevo lanzamiento editorial: Erótika.  Un libro de relatos sexis que seguro os agrada a los amantes del género.

Lanzamiento editorial del libro de relatos Erótika


Contenido

1.       Ángel o demonio
2.       Arbustos y otras hierbas
3.       Cosas de hombres
4.       Dominatrix
5.       Elástica
6.       El club de costura
7.       El conductor
8.       El tercer sexo
9.       Huesitos
10.   La abogada
11.   La bella Lin
12.   La Madonna
13.   Kits eróticos
14.   Kizzi
15.   My chocolat
16.   Patrick
17.   ¿Quieres patinar?
18.   Sexo exprés
19.   Sin pareja
20.   Sueños de poeta
21.   Tacones de aguja
22.   Una cocina apetitosa
23.   Wasapéame
24.   Erótika



Sinopsis del libro

Erótika es un libro de relatos carnales. Cuentos de picaresca y hedonismo donde la variedad de los personajes pueden rozar el goce por casualidad o bien practicar el sexo duro sin que por ello se utilice un lenguaje prosaico; vocabulario empleado únicamente cuando la situación y/o los protagonistas lo requieren.

Las historias, por lo general, tienen una tónica heterosexual. Sin embargo, existe un grupeto de temática gay, lésbica y trans.

Impresos siguiendo un orden alfabético, poseen un toquecito de humor ácido o negro reflejado en los cuartetos que, a modo de entradilla provocativa y simpática, sintetizan lo que se va a leer a posteriori. Los episodios confluyen en la última narración: Erótika. Compuesta por varios apartados.

La historia de Erótika describe la vida de una joven angustiada tras una ruptura sentimental que le arrastra por caminos insospechados... Alentada por una amiga, Adriana se convierte en Erótika y se registra en una red de contactos íntimos llamada Babilonia. Desde ese instante, su vida cambiará radicalmente.

¿Hasta dónde puede llegar una mujer engañada por amor? Descubriremos la respuesta leyendo esta historia basada en distintas experiencias que algunas mujeres le contaron a la autora y que ella ha recogido con total libertad alternando la realidad con la ficción.

Como dijo el maestro de la dominación/sumisión, el Marqués de Sade: «Respetemos eternamente el vicio y no combatamos sino la virtud».

De igual forma, podemos acercarnos a la reina de la sensualidad para comprender esta antología de relatos eróticos. Anaïs Nin explicó al detalle sus vivencias, aderezadas con fantasías extraordinarias que recogió en estas palabras: «El erotismo es una de las bases del conocimiento de uno mismo, tan indispensable como la poesía».



Spolier

…“El patinador la estaba mirando. Agatha se puso roja como una cereza grana. El joven se percató y siguió el juego: le gustaba esa joven delicada que se movía como los cisnes.

–Lo siento. No sabía que todavía quedaba alguien en el club –dijo la joven algo tartamuda.
–Tranquila. Te he visto en más de una ocasión... ¿Cómo te llamas?
–Agatha.
–Bonito nombre para una doncella. Tengo unas horas libres... ¿Quieres patinar conmigo?
–Bueno... –contestó ella, cohibida.
–No te muevas –señaló el patinador con el dedo. Y agregó—: Voy a por los patines.

La muchacha no salía de su asombro.

El patinador la tomó por la cintura y la guió por la pista. Deslizó sus dúctiles manos por su brazo, después la subió al cielo mientras le sujetaba el talle. Al bajar sus labios galgos se rozaron en el aire. Una caricia sutil que tanteó sus corazones. Sus bocas se unieron y sus cuerpos vibraron, cortaron el aire que los movía a ritmo de un vals dulce.

Marcharon juntos a ducharse. Él enjabonó con mimo los hombros de la dama. La espuma resbaló por el cuerpo de esa Afrodita de mármol. Las manos masculinas esparcieron el jabón por su hechura como la nieve que cae del cielo; bolas de algodón etéreo que la mecieron. Unas convulsiones abdominales agitaron el cuerpo hermoso de la virgen.

El artista la sentó en un banco, la abrazó y secó sus pies con una dulzura infinita.

Más tarde, tomó sus dedos y los besó; los lamió despacio, uno a uno, como si fueran gajos de uva dulce que entraban y salían de su boca escarlata, jugosa.”...

Extrato del relato ¿Quieres patinar? Del libro Erótika
Anna Genovés

Datos del libro

Formato: papel
Tapa blanda: 196 páginas
Editor: Createspace I. Publishing Platform; Edición: 1 (1 de octubre de 2016)
Idioma: Español
ISBN-10: 1539188752
ISBN-13: 978-1539188759
PVP: 7,12€

Formato: ebook
Digital: 196 páginas
Editor: KDP
Idioma: Español
ASIN:B01M2270Q9
PVP: 1,98€




Enlace de Erótika en e-book y papel (se pueden leer los primeros relatos GRATIS)


Puedes seguirme desde mi blog Memoria perdida


P.D. ¡Ojo! Recuerda que es un libro de relatos para adultos y solo se visualiza si no tienes activado el control parental de los peques.


Book Trailer de Erótika


Reseña en El periódico de Aquí

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Reseña en El periódico de Aquí

He de decirlo: «Estoy emocionada». Es la primera vez que un medio de comunicación valenciano, habla sobre mi literatura.

Agradezco muchísimo la deferencia que ‘El periódico de Aquí’ ha tenido conmigo y os invito a echarle un vistazo a la reseña que me han hecho.

Podéis leerla completa desde el siguiente enlace:



Erótika está disponible en todos los dominios de Amazon. Los siguientes enlaces corresponden a  Amazon España y Amazon USA. 


Erótika disponible (formato papel y digital) en Amazon.es

Erótika disponible (formato papel y digital) en Amazon.com




Extrato del relato ¿Quieres patinar? Del libro de relatos sexis Erótika

…“El patinador la estaba mirando. Agatha se puso roja como una cereza grana. El joven se percató y siguió el juego: le gustaba esa joven delicada que se movía como los cisnes.

–Lo siento. No sabía que todavía quedaba alguien en el club –dijo la joven algo tartamuda.
–Tranquila. Te he visto en más de una ocasión... ¿Cómo te llamas?
–Agatha.
–Bonito nombre para una doncella. Tengo unas horas libres... ¿Quieres patinar conmigo?
–Bueno... –contestó ella, cohibida.
–No te muevas –señaló el patinador con el dedo. Y agregó—: Voy a por los patines.

La muchacha no salía de su asombro.

El patinador la tomó por la cintura y la guió por la pista. Deslizó sus dúctiles manos por su brazo, después la subió al cielo mientras le sujetaba el talle. Al bajar sus labios galgos se rozaron en el aire. Una caricia sutil que tanteó sus corazones. Sus bocas se unieron y sus cuerpos vibraron, cortaron el aire que los movía a ritmo de un vals dulce.

Marcharon juntos a ducharse. Él enjabonó con mimo los hombros de la dama. La espuma resbaló por el cuerpo de esa Afrodita de mármol. Las manos masculinas esparcieron el jabón por su hechura como la nieve que cae del cielo; bolas de algodón etéreo que la mecieron. Unas convulsiones abdominales agitaron el cuerpo hermoso de la virgen.

El artista la sentó en un banco, la abrazó y secó sus pies con una dulzura infinita.

Más tarde, tomó sus dedos y los besó; los lamió despacio, uno a uno, como si fueran gajos de uva dulce que entraban y salían de su boca escarlata, jugosa.”...

Anna Genovés

Datos del libro
Formato: papel
Tapa blanda: 196 páginas
Editor: Createspace I. P. Platform; Edición: 1 (1 de octubre de 2016)
Idioma: Español
ISBN-10: 1539188752
ISBN-13: 978-1539188759
PVP: 7,12€

Formato: ebook
Digital: 196 páginas
Editor: KDP
Idioma: Español
ASIN: B01M2270Q9
PVP: 1,98€
P.D. ¡Ojo! Recuerda que es un libro de relatos para adultos y solo se visualiza si no tienes activado el control parental de los peques.

Book trailer de Erótika

Un hoyo en la tierra

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…Hacía mucho tiempo que Jimmy había aprendido a ver la diferencia entre la gente que callaba porque desconocía el significado de muchas palabras y la que lo hacía porque era reservada y le gustaba observar, escuchar y comprender. Brendan tenía esa cualidad; uno tenía la sensación de que comprendía demasiado bien a la gente, y eso le ponía nervioso.

***

…Levantó los ojos y vio la mirada dolorida de Jimmy. Deseaba decirle algo. Quería contarle que él también había pensado qué habría sido de ellos si se hubieran subido al coche. Que el pensamiento de lo que podría haber sido su vida a veces lo obsesionaba, girando a su alrededor, flotando en el aire como el eco de un hombre que se pronuncia desde una ventana.

Fragmentos de Mystic River
Dennis Lehane





Un hoyo en la tierra

La mañana es cálida, nada detiene al hombre que pasa. Sus ojos miran al horizonte, sus manos sangran, los pies andan descalzos. Nada tiene. Nada ama.

Un día tras otro, la cinta esmeralda. La nuca clavada en los ojos. Los ojos perdidos en la noche clara.

La muñeca juega sola; niña solitaria de manos rosas y mente ávida. Desconoce el mal del mediodía y de la tarde gacha.

Cutis níveo. Falda a rayas. Juntos los talones, rosario que se escapa. Campanas al vuelo en esa jornada.

El hombre escucha risas, apaga su voz con manos blandas. No teme por su vida ni tampoco por sus ansias.

Camina dos pasos y excava un hoyo profundo en la tierra mojada: allí deposita a la niña santa. Peinada de domingo con las uñas rojas y la cara blanca.

©Anna Genovés
08/08/2016
Imágenes tomadas de la red


Nick Cave & The Bad Seeds - 'Girl In Amber'

Confesiones de una escribidora de medio pelo

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Confesiones de una escribidora de medio pelo

Hace tiempo que deseaba hablaros de mi escritura; tenía algunas ideas por aquí y otras por allá, pero nunca me decidía... Hoy, mientras ordenaba varios cajones, han surgido un sinfín de poemas y relatos de la infancia. También algunas novelas escritas en la juventud. Era el momento idóneo para confesarme.

Vista la enorme cantidad de trabajo, me he preguntado a mí misma: «¿Qué queda de esa Anna ermitaña, ingenua, sensible y vacilante?». Sin nostálgicas ni pañuelos, puedo aseguraros que soy la misma. Una cosa es lo que escribo, y, otra, muy distinta, mi vida.  Esta última nunca me agradó lo suficiente como para airearla. Por este motivo, compongo ficción y punto. No obstante, existen concesiones.

Las emociones transitan por un callejón de vía única. Cuando llego a la plaza se enganchan al principio para recorrer idéntico trayecto: una pescadilla que se muerde la cola eternamente. Al fin y al cabo, de eso trata la vida. Nacemos solos, necesitados de cariño. Y morimos del mismo modo... salvo excepciones.

Una amiga de la infancia me dijo hace unos meses: «Ana te recuerdo con esa libretita que llevabas a todas partes para escribir historias». Mi vocación por la escritura nació el mismo día que abrí los ojos y empecé a llorar cuando cachetearon mis nalgas: un universo paralelo a mi existencia y relegado a las horas de asueto o de insomnio perpetuo.

Pero, las biografías, son crueles, injustas y monótonas. Demasiadas charlas de moralina diciéndonos que vivir es lo mejor que nos ha sucedido; no opino lo mismo. Psicólogos y psiquiatras se afanan en la creación de Un mundo feliz  bisoño. A menudo, intentan lavarnos el cerebro para que luzcamos con una sonrisa Profidén tras medicarnos Prozac o sucedáneos.

Pues… lo siento, señores y señoras, amigos, fanes, haters, seguidores... Soy demasiado mayor para creer que vivir es la panacea de la Vía Láctea. La realidad es una lucha constante en un cuadrilátero de acero. Huxley ya lo dijo todo al respecto. Por si acaso, tenemos al pimpollo Christine Lagarde (directora-gerente del FMI), de 60 primaveras, para recordárnoslo en su artículo: «Los ancianos viven demasiado». Os recomiendo su lectura, es corto y no tiene desperdicio, ¡ya le vale al dinosaurio! Se habrá quedado descansada.

Lo sé. Estoy divagando... Saco un señuelo y lo escondo. Pues nada, aquí me quedo. ¿Qué queréis que os diga? ¡Ah! Sí. Casi se me olvida. Por fin lo he conseguido: ahora escribo de verdad; ya no es una utopía perdida en Ítaca. Soy una escribidora de medio pelo que se autopublica en Amazon. ¡Me encanta! Un pero: demasiado trabajo para una sola persona. Intento  reavivar las brasas amanuenses del pensamiento fatídico que me consume, día a día. Aunque me echen huevos a la cara o el piropo más gentil que me digan por anónimo interno, sea: «Eres una pedorra guarra». Son tantas las tartas que ha colisionado en mi rostro que me he dicho a mí misma: «Date el gusto de mostrar ese papelito que firmaste hace tiempo para dejar con la boca abierta a más de un hater deslenguado e ignoto de los que rulan por la red». Helo aquí:

No seré una juntaletras pésima cuando dicho contrato se rubricó con el borrador de la novela El legado de la rosa negra. Primero, leyeron las galeradas. Después, el manuscrito fue examinado por el equipo de lectores expertos de la Agencia; pasó el corte favorablemente. El absurdo: a posteriori, nunca remití a Antonia Kerrigan, una de las mejores Agentes Literarias de España, la revisión de esta u otra obra.

Este acuerdo también ha aparecido mientras organizaba cajones... Cada vez que lo veo me entra diarrea. Desconozco si soy buena o mala escribidora; yo diría que hay peores con laureles y mejores en la indigencia más absoluta de las letras. Sin embargo, tras reencontrar este protocolo olvidado en El baúl de los recuerdos, me declaro gilipollas por no haber exprimido al máximo esta oportunidad que me brindó la vida en su momento.

En realidad, estoy cansada de boxear: demasiados rounds sobre la espalda, sobrados puñetazos en mi maltrecho cuerpo. Cuelgo los guantes por una temporada que durará una ráfaga de viento o un milenio de hielo. Según curen las heridas. Según se enderecen los dedos. Según el cerebro se oprima. Según las lágrimas sequen mi cuerpo.


No, no, no... Nada de eso. Olvidad el último párrafo: soy una luchadora. Así que, este impasse durará lo mismo que un caramelo a las puertas de un colegio. El lunes me compró unos guantes de boxeo profesional y sigo el camino que me he propuesto: «Me echen huevos o tartas. Me la sopla». 

«El más torpe sabe más en su casa que el sabio en la ajena». Cervantes

©Anna Genovés
29/10/2016

P.D. Antonia Kerrigan tiene tres décadas de experiencia y representa a 150 autores; muchos de ellos superventas.

 The cure – Lullaby 

Niña de la casa

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Niña de la casa


Un puñal, una espada. Clavadas en la frente, clavadas. Huye mujer no te aproximes. La muerte guía mis pasos y la angustia mis declives.

Tobogán que sube y baja. Rueda que gira sin frenos. Mente de hojalata.

Siente que no siente en esta noche callada.




Vive sin percibir los besos y las caricias largas.

El tiempo es oro. Y el oro, es una manzana.

Bocados de fatiga. Dientes negros. Bufandas. Un día en las nubes y otro en la hondonada.



Adiós a los sueños. Adiós al verano y la mañana.

Adiós otoño impertérrito. Adiós niña de la casa.





©Anna Genovés
11/11/2016

Imágenes tomadas de la red 
Fotógrafo: Vadim Stein


El mundo de Anna

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El mundo de Anna 

El mundo de Anna es un vídeo de poco más de dos minutos que os acerca a mi entorno laboral entre ordenadores, programas informáticos, papeles garabateados y buena música de fondo…





URL publicaciones de Amazon.es formato digital y papel


©Anna Genovés
15/11/2016

P.D. Recordad que para visualizar Erótikadebéis tener desactivado el control parental para menores.



El mundo de Anna Genovés

Dos poemas y una mujer

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Dos poemas y una mujer

Esta entrada refleja las diferencias afiladas que existen en mi obra. Por un lado, os dejo la lectura de un poema post-simbolista. Por otra, un poema clasicista.

Quizá debería haber bautizado este post con el nombre de Todo es posible en una mujer. Porque, como bien sabéis los que me seguís, escribo de cualquier tema… Según me levante, según el día. Gracias.





Lectura-vídeo del poema Pasillos nocturnos

En este primer vídeo podéis verme y escucharme recitando el poema Pasillos nocturnos, incluido en el poemario del mismo nombre. Un poema con versos desgarradores de corte post-simbolista.



Pasillos nocturnos

Amor, tuve un sueño premonitorio. Me despertaba y no estabas en el lecho, discurrías por los pasillos nocturnos de una casa asido a la mano de una dama. Una mujer bella vestida de terciopelo, dueña de tus actos y tus deseos; la seguías por dónde te llevaba. Sin embargo, cuando se giró su rostro no era de porcelana. Y tú estabas en una fosa de tierra con lágrimas de sangre y huesos de escarcha. Enterrado bajo una losa de piedra. Ella no era un capricho pasajero, era la dama de negro de óvalo blanquecino y manos de hierro. Sus cuencas yacían huecas y su sonrisa era macabra. Amor, como dice Baudelaire, la muerte acompaña al poeta, y, ahora, sé que está en lo cierto. Caminaré por los pasillos nocturnos de nuestra casa, buscando tu huella; excavando la fosa que te atrapa. Haciendo finito lo que por naturaleza es eterno.



El poemario Pasillos nocturnos es la compilación de más de un centenar de poemas de diferente naturaleza: post-simbolista, post-beat, sociales, románticos, eróticos, clasicistas…



Poema Pasillos nocturnos






Lectura-vídeo del poema Albufera

En este segundo vídeo, podéis escucharme recitar un poema clasicista que hice por encargo y leí en un evento realizado en El Palmar de Valencia. Lo titulé Albufera. Por este motivo, lo he aderezado con diferentes imágenes de la misma.



Poema Albufera


Rostro secado al aire

mordido por ánades

cigüeñuelas, garzas reales;

cuerpo de madre

que abriga vida en sus aguas quietas.



Viviendas tradicionales, barracas yermas

barcas cruzando el lago

piernas sembrando el marjal;

el lodo de sus entrañas

es vida llena.



Poblada desde antiguo

cosida a la tierra;

artistas fraguando su leyenda

colmada de tradición,

raíces en barrizal de arena.



Aneas, mansiegas y carrizos,

anguilas, samarugos y lubinas bellas;

fauna autóctona que navega

nidos de paja, colonias de aves

que se esfuman y regresan.



Tradición de justillos brocados

y calzones de tela

de broches con vírgenes

y espardeñas,

de paellas a la leña;

arrozales colmados de alegrías y penas.



¿Quién no pensó en el amor

mirando sus campos

anegados de sentimientos?

Acequias, comarcas, ribera

de ríos y vida entera.



¿Quién no retuvo su paz

al ocultar su condena?

Cañas y barro

Albufera de Valencia

Albufera nuestra.



Poema Albufera






P.D. Por las impresiones que sentí en su momento, creo que la mayoría de lectores es más afín a este segundo poema. Debo de ser extraña: a mí me agrada muchísimo más el primero.

©Anna Genovés
19/11/2016

Los tentáculos del Black Friday

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Los tentáculos del Black Friday

Todos sabemos que el Black Fridayes una tradición americana que consistía en una bajada de precios en los principales comercios durante el último viernes de noviembre. Celebración que coincide con el Día de Acción de Gracias y abre las puertas a las compras navideñas.

Pero… ¿desde cuándo se vitorea y cuáles son sus orígenes? Es algo que prácticamente desconocemos. Al respecto, existen diversas teorías:

·    Dicen que es una tradición derivada de los pequeños comercios que andaban todo el año en números rojos y esperaban al Día de Acción de Gracias para recuperarse de la bancarrota. El despilfarro de las compras navideñas obraba el milagro de la recuperación económica. Las ventas, como mínimo, se duplicaban.

·     Hay quien piensa que sus raíces se remontan al 19 de noviembre de 1975. Fecha en la que el New York Times acuñó la palabra negro para referirse al caos neoyorkino de circulación en esa época del año, debido a las rebajas posteriores al Día de Acción de Gracias.

·    Otra historia la liga a la cabalgata del Día de Acción de Gracias de Nueva York patrocinado por los grandes almacenes Macy’s. En 1924, su propietario, Fred Lazarus Jr. impulsó las primeras grandes rebajas en dicho día.

·      Hay quien piensa que deriva de la crisis económica del 24 de septiembre de 1869. Un viernes en el que los financieros de Wall Street no consiguieron los beneficios esperados y el mercado entró en bancarrota. Por eso se le llamó viernes negro.

·     Diferentes teorías lo atan a la época del esclavismo. Pero, en realidad, estas carecen de un fundamento específico claro.



Sea como fuere, es obvio que su procedencia es neoyorkina. De la gran manzana, pasó a otras ciudades de USA. Años más tarde, se unió a esta celebración, México; donde se ha convertido en una de las fiestas más notorias del país, porque cualquier mercancía se vende a precio de ganga. Con el tiempo, se aunaron el resto de países americanos. De ahí saltó a Occidente…

En la actualidad, difícil es el país que, con mayor o menor repercusión, no lo celebre. El Black Friday ha extendido sus tentáculos por todo el mundo, y, cada año, se le unen más comercios. No solo lo celebran los grandes almacenes, sino que el mediano y pequeño empresario, se ha sumada a la festividad por el mero hecho de hacer un poco de caja. El Black Friday se ha convertido en una especie de rebajas anticipadas de las compras navideñas.

Por otro lado, las plataformas digitales, encabezadas por el gigante Amazon, suelen celebrar un Black Friday todos los meses del año. Un día especial en el que las compras impulsivas pueden incrementar las ventas hasta un 100% o más de lo habitual.
                              
En España, el Black Friday, ha tenido una acogida absoluta. Son muchas las personas que se lanzan a la calle a buscar esa prenda exclusiva y barata en estas fechas tan señaladas.

En algunos casos, el acontecimiento se sale completamente de madre y los compradores compulsivos pueden llegar incluso a las manos. Desde luego, es mejor ir con la lista de compra hecha de antemano y no dejarte arrastrar por los caprichos. De lo contrario, podemos acabar con un agujero enorme en nuestra cuenta bancaria.

Amigos… ¡A disfrutar del Black Friday!

©Anna Genovés
24/11/2016

 Confesiones de una compradora compulsiva. Un film de 2008 completo, en Español


Beber

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Beber

Beber

sorber la oquedad tierna

eclosionar una noche dispersa

entre la espuma del mar

y la humedad de tu sexo

entre la mirada olvidada

y tus pechos selectos.

Pupilas dilatadas

ambrosía de amor

el sexo te llama:

amor y odio,

dolor.

Caderas redondas

nalgas turgentes

el vientre se estremece

entre los dedos pacientes.

Bucea en tu vulva

oprime el músculo secreto

y antes del alba

te da un beso

eterno:

glacial y fogoso,

hiriente.

Hierve tu sangre

emerge tu torso:

apareamiento,

efluvios eróticos.

Cuerpos sudorosos

mentes despiertas,

empapadas de pasión

bebida de nata y fresas:

maduras

estrechas,

selectas.

Fogosas a la par que lejanas

escoradas de pensamientos

juventud que se marcha

ahogada en la mañana.

Vejez que transita

por la rendija de casa

flores de abedul y rosas,

pétalos negros:

sagrados,

expertos.

Llenos de belleza

océano de zafiros

otoño e invierno.

©Anna Genovés
15/07/2014
Corrección 14/12/2017
Imágenes de la red






Gary Clark Jr. - When My Train Pulls In [OFFICIAL MUSIC VIDEO]



Alma

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Alma


Aunque duela el alma, las personas se ubican en dignas y no dignas.

Las que critican a espaldas

las que ponen buena cara a desgana

las que juzgan el aspecto

las que besan con la boca chica

las que hablan de amor con palabras vanas

las que no están cuando las necesitan

las que dan y piden algo a cambio

las que no perdonan y se creen divinas

las que no respetan otras formas de vida.

Déjalas que huyan

que vaguen por caminos paralelos

por carreteras lejanas;

no las sigas.

Aunque duela el alma, la sangre no ata. Lo hace el amor, la amistad…, la verdad cristalina.

Sin preguntas ni respuestas

sin miradas asesinas que envenenan la conciencia

el resultado de una noche mezquina donde concibieron tu placeta

la toxina que unge los cuerpos venerados por plasma nocturno con ántrax.

la femme fatale de una vida pretérita

el malo de la película;

la mentira de paseo con manos limpias.

Aunque duela el alma, decir ‘no’ es parte de la existencia;

liturgia que se acaba

misa negra en la ermita tierna.

Aunque duela el alma, pasa página.


©Anna Genovés
24/12/2016

















The Hotelier - End of Reel


Lecturas que dejan huella

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Lecturas que dejan huella

Proemio

Soy una ama de casa atípica; no me agrada cocinar ni sacarle brillo a los muebles u otras labores de este trabajo tan poco gratificado que hacían las madres de antaño con esmerada pulcritud. Pero, este Fin de Año, me ha dado un loco y me he dicho a mí misma: «Anna, o limpias tu casa a fondo o cogerás un libro y se te pegará a los dedos».

Antes, cuando mi esposo no estaba enfermo y ambos teníamos un trabajo como Dios manda, una amiga me arreglaba la casa por un buen estipendio. Amén de recoger el guardarropa en desuso; más nuevo que los atavíos de muchos obreros.

Los tiempos han cambiado a peor y los nubarrones que acechan las manchas de humedad de las paredes de casa, no pronostican nada bueno. El pariente no puede trabajar por patologías diversas, crónicas y graves. Soy ama de casa y cuidadora a tiempo total. ¡Ah! Pero escribo: es perfecto. Lo que siempre he hecho bajo manga, actualmente es vox populi aunque no me coma un torrado y los únicos lectores que tengo se descarguen las publicaciones regaladas o hackeadas.

A lo que iba: la mugre. Estaba de Ratita presumida que asea el hogar, por huevos; venga a pasar el paño húmedo por portadas, contraportadas, cabezas, lomos y huecos de todos los libros que hay en las estanterías –he acabado hasta el orto de los mismos—. Cuando un pensamiento ha oscurecido mi raciocinio: «Anna, ¿por qué no regalas los puñeteros libros a una biblioteca y te dejas de rollos patateros. Además, hace tiempo que lees en digital?».

¡Ayyy…!!! Pero no puedo, me gusta ordenarlos y mirarlos al pasar, pese a leer en la Tab. Aunque lo puristas me llamen apóstata sacrílega. Da lo mismo. Seguro que Asimov, Huxley, Lovecraft, Wells y etcétera… estarían conmigo. Con todo mi respeto para quienes prefieren oler la fragancia del libro físico y de las hojas al comenzar un nuevo capítulo. Como dice el refrán: ¡Que cada uno haga de su capa un sayo!

Para que veáis que el digital no quita la afición por la lectura, os dejo el listado de las novelas que han dejado huella en este cerebro atolondrado a lo largo del año.

Listado de lecturas que dejan huella

1.                    Almas paganas, de Elmore Leonard – Muy recomendable



2.                     1280 Almas, de Jim Thompson – Muy recomendable 

3.                     El fruto prohibido, de James Hadley Chase – Muy recomendable




4.                     El secuestro de Miss Blandish, de James Hadley Chase – Muy recomendable

5.                     La casa de la calle del turco, de Dashiell Hammett – Recomendable




6.                     Disparen al pianista, de David Goodis - Recomendable  

7.                     La oreja en el suelo, de James Hadley Chase – Recomendable




8.                     Misión Siena, de James Hadley Chase – Muy recomendable

9.                     Debe ser una broma, de James Hadley Chase – Recomendable

10.                 Viaje a lo desconocido, de Joseph Berna – Entretiene




11.                 El clan de la calavera, de Joseph Berna – Entretiene

12.                 Amada bruja mía, de Lou Carrigan – Divierte



13.                Asesinato artístico, de Lou Carrigan – Entretiene

14.                 El hombre del brazo de oro, de Nelson Algren – Obra maestra




15.                El delta de Venus, de Anaïs Nin – Muy recomendable

16.                 Los placeres y los días, de Marcel Proust – Obra maestra




17.                3 Rosas amarillas, de Raymond Carver - Recomendable

18.                 Adiós muñeca, de Raymond Chandler – Muy recomendable

19.                 El sueño eterno, de Raymond Chandler – Muy recomendable




20.                 A sangre fría, de Truman Capote – Obra maestra




Reseña de A sangre fría, de Truman Capote

Asangre fría, de Truman Capote


ISBN:      978-84-339-7123-4
EAN:       9788433971234
Páginas: 440
Colección:            Panorama de narrativas
Traducción:          Jesús Zulaika
Publicación:         18/04/2006

Sinopsis

Si bien la historia narra la tragedia acaecida el 15 de noviembre de 1959 en una ciudad pequeña y tranquila de Kansas llamada Holcomb, donde cuatro miembros de la familia Clutter fueron asesinados en su casa. Nunca mejor dicho: «A sangre fría». Maniatados y con disparos a bocajarro. La novela es un retrato profundo y psicológico de la sociedad que, directa o indirectamente, tuvo relación con víctimas y asesinos.

En un principio, las investigaciones policiales ultimaron que los crímenes carecían de justificación. La ausencia de pruebas imposibilitó la identificación de los asesinos. De manera que la mayoría de vecinos de Holcomb pasaron una larga temporada como hipotéticos sospechosos.

Años más tarde, Dick Hickock y Perry Smith, fueron encarcelados como presuntos ejecutores. Posteriormente, el 14 de abril de 1965, ahorcados como culpables. Pasaron más de cuatro años en el corredor de la muerte. En una de las confesiones, se descubrió el leitmotiv de la masacre: mientras cumplían condena en la prisión/correccional de Lansing, otro preso –que anteriormente había trabajado para las víctimas—, le conto a Perry que, estos, guardaban una caja fuerte llena de dinero en casa.Algo completamente falso.



Capote dedica el primer episodio: «Los últimos que los vieron vivos». A la vida de los sacrificados en un apartado extenso escrito con la objetividad, el respeto y la sensibilidad necesarios para que el lector empatice con los difuntos. Pero también lo hace con los reos a quienes les dedica el último episodio de la historia: «El Rincón». Donde detalla el ahorcamiento de los mismos. Apartado escabroso y difícil de digerir porque nunca mostraron arrepentimiento. Una lectura incómoda para los norteamericanos pues demuestra que la marginación social rompe el sentido de unidad del país; el sueño americano fragmentado por completo.

El autor, que esperó seis años para publicar el libro por las numerosas apelaciones del caso, nos introduce en el escenario de los hechos con una sabiduría inusitada. Yuxtapone diferentes historias de manera minuciosa, como si fueran piezas necesarias para completar el escalofriante puzle que vomita en su delírium trémens.


…“Por una autopista de Arizona una caravana de dos coches cruza como un rayo el país de la salvia, el país de las mesas, los halcones, las serpientes de cascabel, las imponentes rocas rojas. Dewey conduce el coche que va delante, Perry Smith va sentado junto a él y Duntz en el asiento de atrás. Smith lleva las esposas puestas y las esposas van atadas a un cinturón de seguridad por una corta cadena, lo que limita tanto sus movimientos, que no puede fumar si no le ayudan. Cuando quiere un cigarrillo, Dewey ha de encenderlo y ponérselo entre los labios, tarea que el detective encuentra «repelente» por lo que tiene de íntima... cosa que hacía cuando cortejaba a su esposa.

En conjunto, el prisionero ignora a sus guardianes y sus esporádicas tentativas de
pincharlo, repitiendo partes de la confesión de Dick que duró una hora y fue grabada en magnetofón:

-Dice que trató de detenerte, Perry. Pero que no pudo. Mantiene que tenía miedo de que lo mataras a él también.
O bien:
-Sí señor, Perry. Toda la culpa es tuya. Hickock dice que él no es capaz de matar ni las pulgas de un perro.
Nada de esto, por lo menos exteriormente, le hace efecto a Perry. Sigue contemplando
el paisaje, leyendo la publicidad de Burma-Shave, contando los esqueletos de los coyotes que adornan las cercas de los ranchos.
Dewey, sin prever especial respuesta, dice:
-Hickock nos ha dicho que eres un asesino nato. Dice que a ti matar no te causa efecto.
Dice que una vez en Las Vegas te cargaste a un negro con una cadena de bicicleta. Que le diste hasta dejarlo muerto. Así, por diversión.
Sorprendido, Dewey ve que el prisionero ahoga un grito. Se retuerce en su sitio hasta poder ver, a través de la ventanilla posterior, el segundo coche de la caravana y su interior:
-¡El duro!
Le vuelve la espalda otra vez y contempla la negra veta de la autopista que atraviesa el desierto:
-¡Pensé que era un truco! No me lo creía. Que Dick se hubiera ido de la lengua. ¡El duro! ¡Oh, un auténtico hombre de hierro! No se atrevería a matarle las pulgas a un perro. Se limitaría a atropellarlo. -Escupe-. No he matado jamás a ningún negro.
Duntz le da la razón. Ha estudiado los archivos de los homicidios no resueltos de Las
Vegas y sabe que Smith es inocente de aquel delito en particular.
-Yo no he matado jamás a ningún negro. Pero él lo creía. Lo he sabido siempre, que si nos pescaban, que si Dick de verdad cantaba, cantaba hasta la última cosa, sabía que diría lo del negro -escupe otra vez-. ¿Así que Dick me tenía miedo? ¡Qué divertido! Me divierte mucho saberlo. Lo que no sabe es que por poco lo mato a él.
Dewey enciende dos cigarrillos, uno para el preso, otra para él.
-Cuéntanoslo, Perry.
Smith fuma con los ojos cerrados y empieza:
-Lo estoy pensando. Quiero recordar exactamente cómo fue -guarda silencio un buen rato y luego añade-: Bueno, todo empezó con una carta que recibí cuando estaba en Buhl, 150 Idaho. Sería en setiembre u octubre. Era una carta de Dick en la que me decía que tenía una breva a la vista. El golpe perfecto. No le contesté pero volvió a escribirme apremiándome para que fuera a Kansas y diéramos el golpe, juntos. Nunca me dijo la clase de golpe. Sólo que era una breva madura «de éxito seguro». La verdad era que yo tenía otra razón para estar en Kansas por entonces. Un asunto personal, que me guardo y que nada tiene que ver con todo esto. Sólo que si no hubiera sido por eso, yo no hubiera vuelto. Pero lo hice. Y Dick fue a esperarme a la estación de autobuses de Kansas City. Me llevó en su coche a la granja de sus padres. Pero no me querían allí. Yo soy muy sensible, siempre sé lo que la gente siente.”…

Extracto de A sangre fría, de Truman Capote



Sobre la novela

A sangre fría, está descrita con una prosa realista que, en ocasiones, roza la crueldad desde un punto de vista imparcial que distingue la intensa investigación llevada a cabo por el escritor y su inseparable ayudante, Nelle Harper Lee. Está escrita en una tercera persona narrativa que evita el sensacionalismo y trata los acontecimientos del magnicidio con esmerada legitimidad. De igual modo, menciona otros crímenes similares sucedidos en los años posteriores al regicidio de los Clutter; tratados por lo que las autoridades con la denominación de imitadores de Dick y Perry.

Desde el encarcelamiento de los homicidas, TC mantuvo una investigación prolongada y escrupulosa con todas las personas relacionadas con el cruento asesinato, incluidos los reos. Lo que le confiere un realismo absoluto que te introduce en cada una de sus páginas; dejas de ser un espectador y pasas a formar parte de la obra. Sufres, lloras, expías las penas y descansas. En esta extensa crónica periodística formateada como una novela, Capote se valió de todo tipo de testimonios para retratar la vida de un inestable Perry (mestizo, con una existencia bastante dolorosa: el ejecutor) y la frialdad de Dick (de inclinaciones pederastas, con una vida cómoda y superdotado: el cerebro). De igual modo, fotografía a los Clutter como una familia metodista, caritativa, acomodada y admirada por todos.


A sangre fría consagró al autor como uno de los grandes escritores norteamericanos del siglo XX. Amén de demostrar que escritura y periodismo van de la mano. Desde mi humilde punto de vista, TC diseccionó del mismo modo que lo hiciera Proust en Los placeres y los días, la sociedad del momento. Si bien, en el caso que nos ocupa, la génesis no es el hedonismo de la misma, sino muy al contrario, el crimen. Cuando acabas la novela, con ese poso a crónica periodística intensa, sabes desde la marca de la ropa interior que llevaban las víctimas, hasta por qué Perry tomaba aspirinas o Dick tocaba la guitarra. Es, como ya he mencionado, un retrato psicológico profundo de todas y cada una de sus figuras.


En un principio, TC bautizó su obra con el nombre de Non fiction novel. Más tarde, con este nombre quedo acuñado el género literario en el que  a partir de un testimonio periodístico, se recrean hechos reales. El precursor del mismo fue el argentino Rodolfo Walsh con su Operación Masacre (1957), en la que profundiza en la trama oculta en los «fusilamientos de José León Suárez». A sangre fría es un libro estremecedor que, desde su publicación, se convirtió en un clásico que se ha llevado al cine en diversas ocasiones.

A sangre fría es la novela idónea para tener a mano y releer sus párrafos en cualquier momento; da lo mismo por donde la abras. Seguro que te deja helado o te sorprende la magnífica adjetivación del autor. TC demuestra que es capaz de explorar cualquier crimen, por perverso que sea, y describirlo con esa crueldad exquisita que a la mayoría de autores se nos escapa. Lo dicho, una obra maestra.

©Anna Genovés
27/12/2016


P.D. Amigos, gracias por visitar mi espacio. ¡Feliz 2017! ¡Salud!



Albert King- Born Under A Bad Sign (subtitulado al español)


Promoción Reyes

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De las 196 páginas que tiene, Amazon proporciona la lectura libre de las 18 primeras en las que se pueden leer los tres primeros cuentos y el comienzo del cuarto. Os lo dejo, tal cual aparecen…

¡Feliz Noche de Reyes!




Erótika



Anna Genovés
Copyright © 2016 Anna Genovés
Todos los derechos reservados a su autora
Título de la edición: Erótika
Autora: Anna Genovés
Propiedad intelectual:
09/2015/427
ISBN-13: 978-1539188759
ISBN-10: 1539188752
ASIN: B01M2270Q9



A mis lectores. En especial a mis amigas
del grupo literario Divinas Lectoras
y a sus administradoras.

Presentación

Erótika es, obviamente, un libro de relatos carnales. El volumen recoge algunas fábulas sensuales publicadas en La caja pública |relatos. Todos customizados para esta nueva edición. Se han añadido diversas historias de género inéditas. Cuentos de picaresca y hedonismo donde la variedad de los personajes pueden rozar el goce por casualidad o bien practicar el sexo duro sin que por ello se utilice un lenguaje prosaico; vocabulario empleado únicamente cuando la situación y/o los protagonistas lo requieren.

Las historias, por lo general, tienen una tónica heterosexual. Sin embargo, existe un grupeto de temática gay, lésbica y trans. Así pues, podemos descubrir el affaire entre dos jóvenes o el desencuentro marital de una pareja madura. El manifiesto de una dominatrix o el primer contacto sexual de una virgen, junto a otros testimonios que nos harán vibrar de pasión, y, cómo no, nos sacarán más de una sonrisa.

Impresos siguiendo un orden alfabético, poseen un toquecito de humor ácido o negro reflejado en los cuartetos que, a modo de entradilla provocativa y simpática, sintetizan lo que se va a leer a posteriori. Los episodios confluyen en la última narración: Erótika. Compuesta por varios apartados y cuya longitud podría ocupar una publicación individual corta.

La historia de Erótika describe la vida de una joven angustiada tras una ruptura sentimental que le arrastra por caminos insospechados... Alentada por una amiga, Adriana se convierte en Erótika y se registra en una red de contactos íntimos llamada Babilonia. Desde ese instante, su vida cambiará radicalmente. Los encuentros sexuales con desconocidos y las técnicas de dominación/sumisión del bondage van in crescendo. Llegado este punto, su vida pende de un hilo.

¿Hasta dónde puede llegar una mujer engañada por amor? Descubriremos la respuesta leyendo esta historia basada en distintas experiencias que algunas amigas me contaron y que he agrupado con total libertad combinando la realidad con la ficción. El personaje masculino está encarnado por el tatuador que dibujará su cuerpo con verdadera devoción; un hombre de mundo que la perturba emocionalmente.

Como dijo el maestro del sadismo, el Marqués de Sade: «Respetemos eternamente el vicio y no combatamos sino la virtud».

De igual forma, podemos acercarnos a la reina de la sensualidad para comprender esta antología de relatos eróticos. Anaïs Nin explicó al detalle sus vivencias aderezadas con fantasías extraordinarias que recogió en estas palabras: «El erotismo es una de las bases del conocimiento de uno mismo, tan indispensable como la poesía».

Anna Genovés

Contenido

1.              Ángel o demonio
2.              Arbustos y otras hierbas
3.              Cosas de hombres
4.              Dominatrix
5.              Elástica
6.              El club de costura
7.              El conductor
8.              El tercer sexo
9.              Huesitos
10.           La abogada
11.           La bella Lin
12.           La Madonna
13.           Kits eróticos
14.           Kizzi
15.           My chocolat
16.           Patrick
17.           ¿Quieres patinar?
18.           Sexo exprés
19.           Sin pareja
20.           Sueños de poeta
21.           Tacones de aguja
22.           Una cocina apetitosa
23.           Wasapéame
24.           Erótika

1.     Ángel o demonio

La belleza es un arma
de doble filo
el asesino es un Apolo
que delinque
 
Christian era tan guapo que todos le conocían por su apodo: Cara de ángel. Era hijo de una cuarterona senegalesa con sangre iraní y de un medio libanés cuyo padre había llegado a Colombia desde Dinamarca.
El chico había heredado unos preciosos ojos turquesa de mirada seráfica a lo Monty Clift; un óvalo como Fredrik Ljungberg cuando anunciaba slips Calvin Klein. Un cuerpo igual de esculpido que Brad Pitt en El club de la Lucha y una piel sedosa con un puntito de café Illy arábigo.
Un espécimen más suculento que un queso Gran Reserva de la Dehesa de Llanos. Sin embargo, el querube tenía genes depredadores.
Comenzó a delinquir a una edad temprana. Por su vasto historial policial existían todo tipo de delitos por los que cumplía condena en la cárcel de La Picota de Bogotá. Empero, Cara de ángel, sabía camelarse a todo el mundo con apenas una caída de párpados.
En comisaría había intimidado con una policía y esta había difundido sus fotografías por las redes sociales. ¡Madre mía el club de fans que tenía! Y las animaladas que le ponían las mujeres, como si nunca hubieran visto a un hombre atractivo. Ni Sandokán cuando llegó a España allá por los 70 y salieron todas las madres del Cuéntame con pancartas que decían: “Queremos un hijo tuyo”. Por lo menos, el actor hindú era todo un gentleman.
Cara de ángel superaba todas las pruebas. Había conseguido su propio trono por razones obvias. Hasta el gobierno colombiano dejó que la prensa rosa de USA entrara en prisión y lo fotografiara a cambio de untar sus bolsillos. Al final, se fugó de la penitenciaría y fue a parar a una banda criminal que operaba en la famosa colina de Los Ángeles, muy a juego con su sobrenombre.
***
Pam era una actriz decadente. A sus 44 años nadie le ofrecía un papel en TV y menos en la gran pantalla. Pese a ello, vivía en una lujosa mansión de Hollywood. No obstante, como tantas estrellas venidas a menos, estaba más sola que la una.
Una corte de siervos amenizaba sus días embalsamados en champagne y Beluga. Reían sus gracias, esnifaban cocaína y follaban como locos. Después, cada uno volvía a su cuchitril de oro y diamantes de sangre.
La servidumbre recogía los excesos de las orgías, mientras ella dormitaba repleta de barbitúricos con un antifaz de colágeno y diversos vibradores: los coleccionaba por si en algún momento se terciaba utilizarlos.
Esa noche, sus caprichos la habían mantenido como una espectadora VIP: voyeur de luxe. Le apetecía un totum revolutum de cuerpos gimiendo. Era feliz viendo cómo goteaban las vaginas repletas de semen y cómo lo machitos del celuloide se fornicaban unos a otros.
Al final, había conseguido formar un trenecito en el salón de su excelsa residencia. Esfínteres ligados por las vergas de sus vecinos. Cuando acabó la bacanal, se retiró a sus aposentos privados. Dormía profundamente cuando escuchó a su chihuahua albino ladrar.
–Tarzán –dijo soñolienta—. Ya sé que te he dejado fuera de la habitación. Hoy quiero dormir sola.
Pero no pudo conciliar el sueño.
Se dispuso a introducirse un vibrador de última generación con secreción seminal y turbo orgasmo de Victoria Secret  –una colección muy cool que la celebrity vendía en exclusiva a sus íntimos—. No obstante, tras acariciar sus labios vulvares y sentirse húmeda. Los chillidos de Tarzán la desorientaron. Se puso la bata de satén con cristales de Swarovski y salió al pasillo. Al abrir la puerta, descubrió al primoroso chucho con el cuello roto. Cubrió su boca para no chillar. La sombra de un hombre encapuchado husmeaba por el despacho de la caja fuerte.
Pam regresó a su cuarto, sigilosa. Minutos después, volvió a salir y se deslizo, agazapada, hasta la estancia inferior.
***
Cara de ángel había abierto el cofre de las joyas; estaba claro que alguien le había dado el soplo. Se había quitado el pasamontañas, le gustaba trabajar a rostro descubierto. Cuando Pam lo vio, supo inmediatamente de quién se trataba. Sabía que su cuerpo lucía con múltiples tatuajes carcelarios: uno por cada delito cometido. Y también lo apetecible que estaba. Relamió sus labios glotones; su cuerpo experimentó una secreción extrema. La misma que cuando practicaba cualquier deporte de riesgo, se había excitado al ver a ese delincuente con tesitura de Apolo. Apretó sus muslos mirando la boca del adonis; imaginándola lamiendo su clítoris. Unos salvajes temblores brotaron de su vientre.
–No te muevas o te vuelo los sesos –dijo Cara de ángel en un inglés chapucero.
–¿Por qué no hablamos primero? –propuso la vieja gloria abriéndose la bata y exhibiendo sus perfectos senos siliconados, talla 100.
–¡Pendeja! Aunque tengas una figura apetecible, me he trajinado a tantas mujeres que paso. Se abren la “cuca” sólo con olerme –Cara de ángel se tocó la entrepierna con vulgaridad—. Además me gustan jovencitas. Niñas, no momias.
–Si quieres pasamos un buen rato. Después, te doy las joyas. El seguro me pagará su valor y los dos saldremos ganando –insinuó Pam con sigilo.
–¡Corta el rollo! ¿A ver qué sabes hacer? –sugirió Cara de ángel apuntándola con su Glock.
Pam sacó el súper vibrador de un bolsillo y lo deslizó por su piel aterciopelada hasta introducirlo en su hendidura, jadeante. El falo del agraciado delincuente se puso como una barra de acero al rojo vivo. Dejó el arma y se acercó a ella.
–Eres una mujerona con la “totona” muy caliente. A ver si tu trasero responde igual –le pegó una palmada extremadamente fuerte. Un latigazo que dejó las nalgas de Pam marcadas. La hollywoodense gritó de placer.
–Te gusta clavarla por detrás y con fuerza, ¿verdad? –preguntó la actriz.
–¡Ponte a cuatro patas y cállate de una puñetera vez! –ordenó el forajido antes de pegarle un tortazo en el rostro. Pam se tocó la mejilla y sonrió.
–A ti te consiento lo que quieras. Seré tu perra. Pero antes dame un besito –Pam puso morritos besucones.
Cara de ángel pellizcó sus pezones y mordió sus brazos. Ella se agitó. Las bocas se unieron. La estrella lamió la lengua del intruso como si fuera un helado de frambuesa. Después, sumergió la suya entre los labios divinos del soberbio macho. Segundos más tarde, el bicho la empujó encarando su falo hacia las grietas perianales. De repente, Pam sacó una spray antivioladores y literalmente embadurnó su rostro. El malhechor restregó sus ojos, chillando. Quemaban como si tuvieran gas mostaza.
–¡Con que te gustan muy jovencitas o casi niñas! Pero, ¿qué enfermo está el mundo para que millones de jóvenes giman por ti? Eres basura criminal. Más vulgar que Sacha Baron Cohen en Borat.
Acabados los exabruptos, Pam cogió el Óscar, que un día pretérito le había concedido La Academia, y le destrozó el cráneo a golpes.
Cara de ángel yacía ensangrentado y completamente desfigurado sobre la alfombra Vase del siglo XVII. Persa, única en el mundo. Ipso facto, llamó al  exterminador que limpiaba la porquería de todas las estrellas.
–Dimitri, soy Pam. Ven: es urgente, cielo. He matado a una verdadera cucaracha. Quiero que te deshagas del cuerpo.


 2.    Arbustos y otras hierbas

El monte enardece los sentidos
arbustos y pinares
las mujeres tienen hambre
cautivan los sentidos

Dos vecinas pasean por un camino montañoso que bordea la colina cercana a sus adosados. La morena, una soltera treintañera; explosiva e ignorante. La rubia, a punto de jubilarse; atractiva y corrida.
–Ainhoa nunca te cases con un hombre mayor. Jamás serás feliz –le dice la madura a la joven.
–Julia me dejas contrariada, no sé qué decir –contesta la chica.
–Pues no hables. Solo escucha...
–Como quieras. De todas formas, no me sale novio ni a tiros.
–No digas bobadas. Criatura, ¡si eres preciosa!
–Si tú lo dices...
–Todavía tienes mucho tiempo por delante... Yo me casé cerca de los cuarenta y he llegado a todo. Tengo la parejita y un marido. Bueno, mejor dicho, un carcamal que está para comer sopas y poco más.
Ainhoa hace un respingo para no reír.
–Pero, ¡qué bruta eres! –le dice a su confidente.
–¡Dime tú! Con sus ochenta y una primaveras, no voy a pedirle peras al olmo. Conste que cuando lo conocí, estaba de muy buen ver. ¡Cuánto cambiamos las personas! ¡Ayyyy! –Julia, suspira.
–Ni que lo digas. A veces, me miro en el espejo y no encuentro a la Ainhoa de antaño.
 –¡Tú sí que eres exagerada! Si estás en la flor de la vida y eres un monumento de mujer –sugiere Julia con la mirada brillante.
–¡Claro! Por eso todos los machitos hacen cola en mi puerta: huyen con el rabo entre las piernas –contesta Ainhoa, con cara de malas pulgas.
–Lo cierto es que tienes mucho carácter y a los hombres les gustan dulzonas aunque digan lo contrario...  –Julia pellizca su brazo. El bello corporal de Ainhoa, se eriza.
–Pues me da lo mismo –indica—. ¡Soy como soy! Y a quien no le guste que corra al patio. Un día de estos pruebo las ostras a ver si se me dan mejor que los caracoles.
–¡Mira que tienes guasa!
–Tú me enseñaste, con ese humorcito cañí tan spanish que tienes –sugiere Ainhoa.
Con tanto festejo las mujeres se abrazan. El calor sofocante enciende sus carnes. Las caricias se hacen íntimas y las bocas se encuentran. Labios que lamen las comisuras, paseando por las carnosidades. Julia soba las redondeces de Ainhoa. Y la joven se humedece por completo. Pero se aparta...
–Creo que las dos estamos faltas de cariño –insinúa a la defensiva.
–Y tanto. Tú sin novio y yo con un marido pachucho. Probemos, quizás nos entendamos...
Julia no deja que Ainhoa hable. Palpa todos lo que está a su alcance con suavidad. Recorre la piel brillante de su morena preferida. Los exultantes pechos afloran con unos pezones rígidos como el mármol: una figura perfecta. Minutos después, están tumbadas en el pinar, desnudas y agitadas. La respiración entrecortada. La lubricidad por las nubes. Arbustos enroscados a sus cuerpos rasguñan la piel que se debate en el infierno de sus vientres. Hilillos de sangre brotan por diferentes parte de la tesitura de Ainhoa. Julia se sobreexcita.
–Yo te curaré, mi niña –le dice, lamiendo las pequeñas heridas con sus labios siliconados; de un tono escarlata fuerte.
Cuando llega al ombligo, chupa el pearcing de Ainhoa con suma delicadeza. Repasa las figuras del tatuaje que crece hasta sus caderas. La joven tiene un orgasmo.
Pero Julia quiere más. Acaricia su pubis y sus labios vulvares con unas ramitas. Juguetea con ellas en el interior carnoso. Y al final, su lengua, jugosa y sonrosada, entra en el santuario divino de su compañera. Los calambres de Ainhoa rozan el éxtasis. Los de Julia, que se ha introducido en su oquedad marchita, una piña cerrada y turgente a modo de bola china, también.
–Nunca me habían hecho un cunnilingus tan suculento –sugiere Ainhoa con los ojos en blanco.
–Pues aunque no te lo creas, es el primero que hago. Pero el hambre de macho me ha vuelto loca...
–Creo que a partir de hoy nuestras caminatas serán muy fructíferas –concluye el portento de mujer seducida.
–No lo dudes. Y nos vendrán perfectas para bajar unos kilitos. Ya sabes que el sexo es bueno para muchas cosas... –sugiere Julia paladeando su boca y tocando la tripita de su amante.
–Lo sé. Y, además, no levantaremos sospechas...
Ainhoa besa a Julia y mira el collar nacarado de astros repartidos por el firmamento que las acompañan. Universo guardián de secretos. Excelsa maravilla.


3.    Cosas de hombres


Rubias, morenas
pequeñas o grandes
todas gustan
al hombre que sabe

A principios de septiembre, Manolo y su grey se reúnen en la Cervecería Toribio de Valencia para contarse las hazañas veraniegas. Forman un conjunto de treintañeros (algunos más cercanos a la veintena, y por la contra, otros a punto de entrar en los temidos cuarenta), los perfectos amigos del colegio, hermanos mayores o pequeños y alguna que otra parentela. Todos ellos comenzaron viendo el fútbol, a modo de Peña, y acabaron en una amalgama de somarros para vestir santos, como decían las abuelas.
–¡Xé Manolo! ¡Qué bien te veo! –dice uno de los veteranos tras un choque vigoroso de manos al recién llegado.
–¡Nano! Tú siempre animando. Has echado un poco de panza –suelta Manolo, dando una palmada en la barriga abultada de su colega. Semilla de un futuro Homer Simpson.
–¡Ya te vale! Tú siempre fastidiando... Ya se sabe; unas cervecitas de más, unos vermuts, otro poquito de comida basura al buche... Con unas sesiones de pesas recupero la figura en dos o tres semanitas –contesta el implicado.
–Mira quien viene por ahí. ¡Xé Toni, hombre! ¿Has adelgazado, no? –comenta el carca tras un abrazo efusivo al solterón.
–¡Mucha marcha, nanos! Mucha marcha... –contesta Toni con los ojos brillantes; levantando una ceja.
Con idéntico discurso van entrando los especímenes del grupo –todos, incluso Manolo (que está desempleado) moreno maleta de haber pasado el verano tumbados al sol—. Se nota que lo han tomado en Canarias, Benidorm, Caribe, Ibiza o la piscina del barrio. Las conversaciones son las de siempre: los nuevos fichajes futbolísticos, el trabajo y las mujeres. En este último apartado, se explayan.
–Nanos me he ligado a una pavita de dieciocho añitos que es un caramelo para mojar a todas horas –suelta Paco.
–¡Va! –hace un ademán peyorativo, otro de los tunantes.
–Ni va ni leches, ¡la niña está espectacular! ¡Mirar uno de los selfies que nos hicimos juntos...!
De golpe, todos los amiguetes se le echan encima formando una piña de energúmenos para ver quién ve las imágenes en primera fila.
–¡Joder! ¡Sí que está buena! –dice uno.
–Mira qué culito tiene... –insinúa otro.
–Ya podrías. Casi cuarentón y te buscas a una Lolita –suelta Toni.
–¡Envidia! Uno lo vale y puede. Además, me gustan tiernas... –el comprometido saca pecho mientras el resto babea.
–Pues..., ¡va a ser que no! Yo también he ligado. La mía madurita, ¿y qué?
Las caras de los amiguetes se alzan: mirando al Séneca respondón.
–A ver, ¿qué quiere decir madurita? ¡Qué tú todavía eres un pipiolo! Recién estrenada la veintena y te marchaste a Ibiza –pregunta otro de la panda.
–Claro, había quedado con una ibicenca por Facebook. La estancia me ha salido gratis y hemos tenido sexo a diario. ¡No me miréis con cara de alucinados que parecéis la cotilla de mi vecina! A ver si tengo que contaros hasta del color que llevo los calzoncillos –contesta aireado el joven.
–A ver, que soy tu hermano mayor. Explícate.
–¿No te habrás enrollado con una yaya? –comenta otro.
–¡Hey! ¡Que la virginidad la perdí hace años! Me trajino a quien me place. La chica me dijo que tenía cuarenta y cuatro... En fin, tenía unos cuantos más. Pero ahora os enseño sus fotos.
Todos olvidan a la Lolita y se enfrascan en las imágenes de la suculenta MILF; una sabrosa pieza siliconada más apetecible que la mismísima Megan Fox en Jennifer’s body. 
Cada cual enseña sus trofeos. Todos menos Manolo. Toni lo mira con cara de pena.
–¡Manolo todo llegará! Antes, me has dicho que tienes un trabajito entre manos. Cuenta, cuenta... –le da unas palmadas en la espalda, animándolo.
El chico se hace el remolón. Pero al final les sugiere que él también tiene unos selfies muy picantes. Su móvil rula por los aires. Todos quieren verlos.
–¡Qué calladito te lo tenías Manolo! Te gusta el porno hard. Me estoy poniendo cachondo de mirar tu vídeo –suelta Toni.
–Pero oye, Manolo, ¿no querrás que pensemos que tú eres el de la pantalla! ¿Verdad? Con ese rabo de mandinga –concluye Paco.
En la pantalla aparece un manubrio potente dentro de la boca de una mature jocosa a cuatro patas. Detrás una veinteañera introduciéndole un dildo de última generación. En ese instante, aparece el rostro del agasajado. Uno de los compinches le pega un codazo para que cierre la boca...
–¡Paco cállate y mira!  –le dice.
–¡Me caguen en la leche! ¿Manolo...? ¡Tu polla es gigante!  –suelta como diciendo: «¿Pero, bueno, cómo puede ser?». 
–Todos tenemos secretillos... –comenta un sonriente Manolo.
–¡Y tanto! Ya nos contarás que hacías montándotelo con una tiernita y una madura a la vez –comenta otro de los cofrades. Manolo ríe antes de hablar.
–Amigos, os he dicho que me había salido un currillo. ¡Ahí lo tenéis! Soy director, coproductor y actor de películas para adultos. Estaba harto de estar sin blanca. En el último cursillo del INEM conocí a esas nenas... Compenetramos y nos tiramos al pisto. Ya que tengo el rabo como Nacho Vidal, aprovecharé mientras pueda.
Los colegas se quedan con un palmo de narices; boquiabiertos y con cara de gilipollas.
–Tranquilos, a vosotros os pasaré las pelis gratis. Por cierto, si la tía es calentorra, da igual que tenga veinte que setenta. Todas me la ponen dura –Manolo se toca la entrepierna—. Os lo dice un profesional. Nos vemos en el derbi del próximo domingo. Ahora, tengo trabajo –dice socarrón, antes de marcharse.


4.    Dominatrix



Fusta o perlas
botas o tacones
me deseas y me deseas...
soy tu roble

Soy mujer que tiembla con tu mirada y desea tu cuerpo. Me excito sólo con tu llegada aunque te vea de lejos. Recuerdo el día que te hablé con desprecio. Mantuviste la calma. Pero un pequeño tic en tu párpado derecho me hizo sonreír y crecí por dentro.
Quizás deba cambiar mi hábito de sumisa y vestirme de cuero. Empujarte contra la pared, destrozar tu camiseta y lamer tu torso, tus tatuajes y tu falo erecto.
Convertida en posesa, soy capaz de descuartizar a cualquier hombre, y tú no eres ni más ni menos. Sujetaré tu rostro con mis manos y lo recorreré con mis labios, húmedos, voluptuosos, tiernos. Azotaré tus músculos con mis dedos.
Desearás penetrarme; dejaré que se cumpla tu anhelo. Cuando vayas a conocer mi salvaje oquedad y su fuego, te empujaré con fuerza. Te dejaré sin aliento.

Final del fragmento eBook Kindle

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Reseña de un lector


Al Green - How can you mend a broken heart (Subtitulos Español)

Tarde de Reyes

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Tarde de Reyes

He salido a pasear en un escenario cargado de alegría; el aroma a felicidad traspiraba por las calles y las avenidas, pese a que la oscuridad de la tarde amenazara con cubrir las aceras repletas de familias cargadas de regalos y sonrisas a tutiplén.

Me he preguntado cómo una sociedad que desea el laicismo, era tan religiosamente creyente. Poco después, he caído en la cuenta de que no se trataba de creencias, sino de unas tradiciones amparadas por muchos siglos de existencia, y, quizá, de una economía algo menos apurada que anteriormente. Por suerte, la crisis se disipa, se nota en el ambiente.

Me he subido a ese carro repleto de júbilo que generaba la atmósfera. Los comercios cerrados, las calzadas con poco tráfico, aglomeraciones en las salidas de los restaurantes, colas en las pastelerías, contenedores de basura con montones de cajas de juguetes…

Los comercios de los chinos estaban abiertos, lo mismo que los fruterías de pakistaníes u otros establecimientos de dogmas opuestos; para ellos es un día como otro cualquiera. Me gusta esa mezcla de culturas que arrasa a esta Europa caduca y decadente.

Y, de repente, ¡zas! Como si fuera una caricatura marchita del jolgorio que me invadía, me he cruzado con varios ancianos, algunos sin techo y una silla de ruedas empujada por una madre resignada que veía el cuerpo enflaquecido de su hijo, con parálisis cerebral. Todos solos.

Un relámpago ha cruzado mi raciocinio… ¡Anna, que afortunada eres! He pensado. Sin embargo, unas palabras se han grabado en memoria para siempre: «Soledades parejas: ancianos, enfermos e indigentes. Pocos se les acercan por miedo al contagio».

Anna Genovés
06/01/2017

Ven a mi casa esta navidad - Luis Aguilé

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